La poesía de Malia trata del hombre como topologías inexploradas. Sus versos trazan senderos nada fáciles, con respiraderos, eso sí, que hacen de anclajes en la deriva lírica. El matemático Malia resuelve en paradoja la poesía o la memoria del poeta, "esos días para huir", y el poeta Malia convoca la desorientada cinta de Möbius o hasta el verdadero teorema falso de Gödel en uno de sus poemas más certeros, ese teorema que demuestra la igualdad que une al científico y al teólogo. Diálogo por fin entre matemáticas y poesía, por fin el poeta contra Platón de la mano de Pitágoras. Y otro acierto no menor de La cinta de Moebius es la respiración que reproduce con sus ritmos. "Cadencias de mar" los llama el poeta, pero son los ritmos de la inspiración, cuando sus pulmones se llenaban del aire que expirarán como una agonía. Ritmos orgánicos, entre el salmo y el hexámetro, en la poética de este joven y viejo creador que utiliza, aunque tampoco crea en ella, la palabra como camino. La cinta de Moebius no es más que su primer libro, sin embargo. Habrá más hitos.

Andrés Mencía (contracubierta de la primera edición)